
Emiliano Mejía, nacido en Medellín en 1864, fue un pintor, fotógrafo y comerciante que estudió en París desde los 15 años, regresando en 1882 lleno de ilusiones para abrir un estudio en su ciudad natal. Ofrecía servicios de pintura, fotografía y clases de diversas disciplinas, además de vender materiales químicos y remedios para callos. Aunque participó en la primera exposición de arte en Medellín en 1892, sus trabajos no fueron bien recibidos por el público debido a su calidad técnica inferior. Casado en 1887 con Paulina Uribe, tuvo seis hijos y enfrentó dificultades para sostener a su familia con su arte, dedicándose finalmente a enseñar francés en la Universidad de Antioquia. Falleció en 1937, dejando como legado un bodegón con claveles pintado en 1914, único ejemplo conocido de su obra pictórica.